La
selección natural se explica a través de cinco planteamientos, relacionados con
disciplinas cercanas a la biología:
1)
La primera evidencia se relaciona con la paleontología, que es la ciencia que
estudia los fósiles de las especies animales y vegetales desaparecidas, y dice
así:
Cuanto
más recientes sean los fósiles, tanto más se parecerán a las especies actuales,
y viceversa. Por ejemplo, tomemos como referencia un fósil reciente como el
mamut y uno más antiguo, como la trilobites: el mamut es perfectamente
reconocible como pariente del elefante, mientras que la trilobite nos parece un
animal rarísimo.
2)
La segunda evidencia se relaciona con la biogeografía, o ciencia que estudia la
distribución geográfica de los seres vivos:
Los
animales habitan generalmente la misma región que sus antepasados. Esto explica
que la fauna de África sea diferente de la de América a pesar de que varias
regiones tengan climas similares. Podemos encontrar otro ejemplo en el hecho de
que sólo encontramos canguros en Australia, a pesar de que hay climas similares
en otras regiones del mundo.
3)
La tercera tiene que ver con la taxonomía, o ciencia que se ocupa de la
clasificación de los seres vivos:
Las
especies se clasifican en géneros, y los géneros a su vez se reúnen en
familias. El parecido entre los seres vivos no es fruto del azar, sino de la
existencia de antepasados comunes. Y esto, que vale para los individuos, es
también válido para las especies.
4)
La cuarta prueba tiene que ver con la morfología de los animales. La morfología
es la parte de la biología, que estudia la forma de los seres orgánicos:
Los
órganos aparentemente muy diversos entre una especie y otra pueden ser
homólogos, es decir, construidos exactamente con los mismos elementos, pero en
proporciones diferentes. Así, la mano del ser humano y la pata del caballo han
sido construidas según el mismo ensamblaje óseo (metacarpo). Una tal
coincidencia no puede explicarse sino por la transmisión hereditaria de un plan
de construcción de miembros, a partir de un ancestro común lejano.
5)
Por último, la quinta prueba tiene que ver con la embriología, o ciencia que
estudia la formación y desarrollo de los embriones:
Las
etapas iniciales del desarrollo embrionario de especies como los peces,
mamíferos y reptiles son muy similares, y sólo se diferencian en las etapas
finales. La única explicación posible es que un mismo plan de desarrollo ha
sido transmitido en el origen. Y si a través de las eras geológicas, los peces
han evolucionado en anfibios, que a su vez se transformaron en reptiles, y
luego en mamíferos, es lógico encontrar en el desarrollo del embrión del
mamífero las etapas iniciales que recuerdan los embriones de pez, anfibio y
reptil. Esta prueba es particularmente importante ya que en la hipótesis según
la cual las especies de mamífero habrían sido creadas individualmente, es
inexplicable que sus embriones pasen por un estado de organización que recuerde
la adaptación a la vida acuática de los peces, presentando incluso franjas
branquiales. La génesis de un individuo ofrece de esta manera un resumen de la
evolución de la especie.
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